Tocaba ya el turno de rotar en aquel hostal y en el movimiento arrastrada resultó ella también. Esta vez su viaje le saldría más caro de lo acostumbrado, aunque a ella muy poco le importaba;¡tal vez ya estaba cansada de tanta frigidez!.
Decidió en ese descarriado momento quedarse con ése por más tiempo, y en su dislate creía que él le correspondía en aquello. Posada sobre él se movía y al parecer aquel lo sentía, de pronto el antes aletargado se hizo presente y la faena, aunque extraña, se torno diferente. Luego de un breve instante, la intensidad del encuentro entre esencias se esfumó casi tan rápido como inició y cada uno a su forma anterior volvió.
Fugazmente, casi tan inmediato y sin aviso, igual que como llegó, ella retornó a su espacio, ése en el que le producían una falsa conciencia; con choques, con contacto.
...Y cada vez que hacia allá se observa, ahí la encuentras postrada, aparentemente exánime, ¡que lástima que crean que la pierden!, ¡que lástima que sufran tanto por su ausencia!, ¡que lástima por los que por ella sienten pena!. Si tan sólo supieran que en cambio ella en esos lapsos, más viva se siente; si tan sólo supieran que en sus trances dislocados ella se estremece en alma entera, aunque eso no sea lo que todos vean.
Ánghela Marín
Dibujo creado por Ánghela Marín © 2016. Todos los derechos reservados. |
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